¿Qué hay que saber?
Las bebidas alcohólicas son sustancias psicoactivas que
tienen la propiedad de generar cambios en nuestro organismo tales como
modificar el ánimo, la memoria, el pensamiento, las sensaciones y la voluntad.
El vínculo que se constituye con una sustancia como el
alcohol es subjetivo, por eso una persona no responde de igual manera que otra
ante la misma bebida. Los efectos de las bebidas alcohólicas dependen de las
características que le son propias; el grado de alcohol puro que posea la
bebida; si la persona ingirió alimento o no, del contexto donde se
consume; del género, expectativas, estado de ánimo, características
psicológicas y corporales de quien la consume. También dependen de la cantidad,
frecuencia y velocidad de la ingesta; y de otros factores como
enfermedades pre-existentes; la mezcla con otras bebidas alcohólicas y/o otras
drogas.
¿De qué hablamos cuando
hablamos de Consumo responsable de alcohol?
La promoción de hábitos de vida saludables supone, entre
otros, un Consumo Responsable de Alcohol, a partir de los 18 años, que implica
reforzar el compromiso que debe tener tanto la persona que toma como la que lo
acompaña, impulsando una creciente concientización de los riesgos del consumo
de bebidas alcohólicas.
Cuando decirle NO al
Alcohol
- Niños y niñas;
- Adolescentes (menores de 18
años);
- Mujeres en búsqueda de
embarazo, embarazadas o en período de lactancia;
- Personas a las cuales por
enfermedad o uso de medicamentos tienen contraindicado el consumo de alcohol;
- Trabajadores que utilizan
máquinas o herramientas;
- Trabajadores en situaciones
de riesgo de caídas;
- Personas que van a conducir
un vehículo;
- Personas al cuidado de
niños, adultos mayores y enfermos;
- En ámbitos laborales y/o de
estudio.
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